Minerales
Los minerales son los componentes inorgánicos de la alimentación,
es decir, aquéllos que se encuentran en la naturaleza sin formar parte de los
seres vivos. Desempeñan un papel importantísimo en el organismo, ya que son
necesarios para la elaboración de tejidos, para la síntesis de hormonas y en la
mayor parte de las reacciones químicas en las que intervienen las enzimas. El
uso de los minerales con fines terapéuticos se llama oligoterapia.
Se pueden dividir los minerales en tres grupos: los macroelementos,
que son los que el organismo necesita en mayor cantidad y se miden en
gramos. Los microelementos, que se necesitan en menor cantidad y
se miden en miligramos (milésimas de gramo). Y, por último, los oligoelementos
o elementos traza, que se precisan en cantidades
pequeñísimas del orden de microgramos (millonésimas de gramo).
En
estas páginas se indica, junto a la descripción de las funciones de cada
mineral y en qué alimentos conseguirlo, el aporte recomendado para un adulto
medio según las Raciones Dietéticas Recomendadas (RDA USA) y el grupo de
expertos de la FAO OMS (Helsinki, 1988). También puedes consultar la tabla
de aportes mínimos recomendados de minerales, donde se reflejan los valores
de las necesidades mínimas de doce minerales en diferentes etapas y situaciones
de la vida.
Macroelementos
Sodio
Regula el reparto de agua en el organismo e interviene en la
transmisión del impulso nervioso a los músculos. Su exceso provoca aumento de
la presión arterial (hipertensión), irritabilidad, retención de líquidos y
sobrecarga de trabajo para los riñones, que deberán eliminarlo por la orina.
Las necesidades aumentan cuando se suda mucho, al tomar diuréticos y en caso de
diarrea o vómitos.
Fuentes: principalmente
la sal, pero está presente en todos los alimentos. Debido a que normalmente
consumimos un exceso de sodio, el problema es encontrar los alimentos que
tengan menos cantidad. Estos alimentos son las frutas en general, seguidas de
las verduras.
Aporte mínimo recomendado: 0,2-0,5
gr/día.
Potasio
También actúa de regulador en el balance de agua en el organismo y
participa en la contracción del músculo cardiaco.
Fuentes: la fruta
y verduras frescas, las legumbres y los frutos secos.
Aporte mínimo recomendado: 500
mg/día.
Calcio
Forma parte de los huesos, del tejido conjuntivo y de los
músculos. Junto con el potasio y el magnesio, es esencial para una buena
circulación de la sangre. El 99% de este mineral en el cuerpo forma parte del
esqueleto óseo, reemplazándose un 20% cada año.
Fuentes: productos
lácteos, frutos secos, semillas de sésamo, verduras y algunas aguas de mesa.
Aporte mínimo recomendado: 800-1.200
mg/día.
Fósforo
También es un elemento constituyente de la estructura de los
huesos y, en asociación con ciertos lípidos, da lugar a los fosfolípidos, que
son componentes indispensables de las membranas celulares y del tejido
nervioso. La concentración en sangre de fósforo está en íntima relación con la
de calcio. Normalmente tenemos un exceso de fósforo, ya que se usa como aditivo
alimentario (emulgente).
Fuentes: suele
estar presente en los alimentos que contienen calcio, como los frutos secos, el
queso, la soja, la yema de huevo, etc.
Aporte mínimo recomendado: 800-1.200
mg/día.
Magnesio
Imprescindible para la correcta asimilación del calcio y de la
vitamina C. Equilibra el sistema nervioso central (ligera acción sedante), es
importante para la correcta transmisión de los impulsos nerviosos y aumenta la
secreción de bilis (favorece una buena digestión de las grasas y la eliminación
de residuos tóxicos). También es de gran ayuda en el tratamiento de la
artrosis, ya que ayuda a fijar el calcio.
Fuentes: cacao,
soja, frutos secos, avena, maíz y algunas verduras.
Aporte mínimo recomendado: 300-400
mg/día.
Cloro
Favorece el equilibrio ácido-base en el organismo y ayuda al
hígado en su función de eliminación de tóxicos.
Fuentes: sal
común, algas, aceitunas, agua del grifo, etc.
Aporte mínimo recomendado: nivel no
especificado.
Azufre
Está presente en todas las células, especialmente en la piel,
uñas, cabellos y cartílagos. Entra en la composición de diversas hormonas
(insulina) y vitaminas, neutraliza los tóxicos y ayuda al hígado en la
secreción de bilis.
Fuentes: legumbres,
col, cebolla, ajo, espárragos, puerro, pescado y yema de huevo.
Aporte mínimo recomendado: nivel no
especificado.
Microelementos
Hierro
Es necesario para la producción de hemoglobina, molécula que
transporta el oxígeno en el interior de los glóbulos rojos. También es
imprescindible en la correcta utilización de las vitaminas del grupo B.
Solamente se aprovecha un 10% del hierro presente en los alimentos que
consumimos. Se absorbe mejor el hierro de los alimentos de origen animal que el
de los alimentos de origen vegetal.
Su déficit provoca la anemia ferropénica, muy común en los últimos
meses del embarazo, ya que las necesidades de hierro aumentan. También aumentan
las necesidades si consumimos café o alcohol en exceso, puesto que disminuye su
absorción. La vitamina C mejora la absorción del hierro.
Fuentes: carnes,
hígado, yema de huevo, verdura verde, cereales integrales, frutos secos y levaduras.
Aporte mínimo recomendado: 10-15
mg/día.
Flúor
Previene la caries dental y fortifica los huesos. No es probable
padecer déficit de flúor, ya que en los países supuestamente civilizados se
añade a las aguas de distribución pública.
Fuentes: agua del
grifo, té, pescado, col y espinacas.
Aporte mínimo recomendado: 1-2
mg/día (en los alimentos).
Yodo
Indispensable para el buen funcionamiento de la glándula tiroides.
Ayuda al crecimiento, mejora la agilidad mental, quema el exceso de grasa y
desarrolla correctamente las uñas, el cabello, la piel y los dientes. La
carencia de yodo da lugar al bocio, que hace que la glándula tiroides aumente
de tamaño de forma espectacular.
Fuentes: sal
marina, pescados, mariscos, algas y vegetales cultivados en suelos ricos en
yodo.
Aporte mínimo recomendado: 150
μg/día.
Manganeso
Activa las enzimas que intervienen en la síntesis de las grasas y
participa en el aprovechamiento de las vitaminas C, B1 y H.
Fuentes: pescados,
crustáceos, cereales integrales y legumbres.
Aporte mínimo recomendado: 2-9
mg/día.
Cobalto
Contribuye en la formación de los glóbulos rojos, ya que forma
parte de la vitamina B12 que se puede sintetizar en la flora intestinal.
Fuentes: carnes,
pescados, lácteos, remolacha roja, cebolla, lentejas e higos.
Aporte mínimo recomendado: nivel no
especificado.
Cobre
Es necesario para convertir el hierro almacenado en el organismo
en hemoglobina y para asimilar correctamente el de los alimentos. También
participa en la asimilación de la vitamina C.
Fuentes: cacao,
cereales integrales, legumbres y pimienta.
Aporte mínimo recomendado: 1,3-1,5
mg/día.
Zinc
Interviene en procesos metabólicos como la producción de
linfocitos, la síntesis de proteínas y la formación de insulina.
Fuentes: crustáceos,
levadura de cerveza, germen de trigo, huevos y leche.
Aporte mínimo recomendado: 12-15
mg/día.
Oligoelementos
Silicio
Indispensable para la asimilación del calcio, la formación de
nuevas células y la nutrición de los tejidos.
Fuentes: agua
potable y alimentos vegetales en general.
Aporte mínimo recomendado: nivel no
especificado.
Níquel
Es necesario para el buen funcionamiento del páncreas.
Fuentes: legumbres,
cereales integrales, espinacas y perejil.
Aporte mínimo recomendado: nivel no
especificado.
Cromo
Participa en el transporte de proteínas y mejora la diabetes.
Fuentes: grasa y
aceites vegetales, levadura de cerveza, cebolla, lechuga, patatas y berros.
Aporte mínimo recomendado: 200-400
μg/día.
Litio
Fundamental para la regulación del sistema nervioso central.
Fuentes: vegetales,
patatas, crustáceos y algunos pescados.
Aporte mínimo recomendado: nivel no
especificado.
Molibdeno
Ayuda a prevenir la anemia y la caries.
Fuentes: germen de
trigo, legumbres, cereales integrales y vegetales de hojas verde oscuro.
Aporte mínimo recomendado: 250
μg/día.
Selenio
Tiene las mismas propiedades desintoxicantes que el azufre y
además es un potente antioxidante, por lo que previene el envejecimiento de los
tejidos y de ciertos tipos de cáncer. También se utiliza para el tratamiento de
la caspa y alivia los sofocos y el malestar de la menopausia.
Fuentes: germen y
salvado de trigo, cebollas, ajo, tomate, brécol y levadura de cerveza.
Aporte mínimo recomendado: 55-70
μg/día.
Recomendaciones generales
Como en el caso de las vitaminas, una buena manera de aportar al
organismo los elementos minerales que necesita es consumir diariamente un buen
plato de ensalada y otro de fruta. Una buena manera puede ser también tomar
todos los días un zumo preparado en la licuadora, preferiblemente en ayunas, ya
que la absorción de minerales (y vitaminas) es mejor cuando el estómago e
intestino están vacíos.
No debemos pelar la fruta por sistema, puesto que el mayor
contenido de minerales se encuentra en la piel. Sí es conveniente lavarla bien
para retirar los posibles restos de pesticidas. Otra buena medida es aprovechar
el agua de cocer los alimentos para hacer caldos y sopas.
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